Los perros románticos

En aquel tiempo yo tenía veinte años y estaba loco. Había perdido un país pero había ganado un sueño. Y si tenía ese sueño lo demás no importaba. Ni trabajar ni rezar, ni estudiar en la madrugada junto a los perros románticos. Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu. Una habitación de madera, en penumbras, en uno de los pulmones del trópico. Y a veces me volvía dentro de mí y visitaba el sueño: estatua eternizada en pensamientos líquidos, un gusano blanco retorciéndose en el amor. Un amor desbocado. Un sueño dentro de otro sueño. Y la pesadilla me decía: crecerás. Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto y olvidarás. Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen. Estoy aquí, dije, con los perros románticos y aquí me voy a quedar. Bolaños no chespirito

Hakim Bey

La tecnología crece inusitadamente desde hace treinta años, sobre todo la relacionada con los procesos de información y telecomunicaciones. La explosión del uso de Internet y el multimedio digital está en pañales pero ya preludia una revolución en el pensamiento y en los modelos de vida. En el web se dice vivir en años de perro, siete por cada año humano, por la rapidez con que suceden las cosas. Este acelerado desarrollo hace volar los sueños más atrevidos de la ciencia ficción, pero muchos alertan contra esta nueva religiosidad a la que todos llaman la Era de la Información. Uno de los filósofos actuales más competentes en estos cuestionamientos es Hakim Bey, quien se dio a conocer por una serie de ensayos en varios fanzines subterráneos y que se agrupan bajo el título genérico de T.A.Z. (Temporary Autonomous Zones, Zonas Autónomas Temporales, por sus siglas en inglés). Conocido como el "padre" del terrorismo poético, Bay ha organizado un sistema de pensamiento que busca desarmar lo que considera el nuevo totalitarismo, enmascarado bajo el distintivo de "Economía de la Información", equivalente a un nuevo credo y su consecuente opresión/persecución del cuerpo material. Sobre este sistema, el filósofo opina que "siendo una vez la imagen del Cielo en la Tierra, el Estado consiste ahora en la administración de imágenes. Ya no es una 'fuerza', sino la desmembrada conducción de información. Así como la cosmología justificó la dominación babilonia, la ciencia moderna sirve a los fines del Estado Terminal, el Estado post-nuclear, el 'Estado Información'". Este ciberespiritualismo político, según Bey aboga por la implantación de un nuevo paradigma que le permita encarnar un nuevo esquema de dominación, y este paradigma lo aporta como anillo al dedo el misticismo informático. La información, al igual que el dinero, son una representación simbólica de un poder, sólo que ahora la información por sí misma se vuelve objeto de poder, pero como un factor real. El paradigma de la Economía de la Información es aplicable a los países desarrollados, cuya transformación tecnológica y económica se sustenta sobre el trabajo tradicional de millones de obreros y campesinos pobres de países como México. Hakim Bey piensa que todos los fuegos artificiales de la Era de la Información, incluido el lema "la información quiere ser libre", responden al dogma de una nueva religión. Sí, podemos usar la maravillosa tecnología de los bits y bytes para comunicarnos y aprender, pero al mismo tiempo participar en la configuración del nuevo Estado, supranacional, ante lo cual este personaje propone el terorismo poético, un renacimiento del paganismo, un taoísmo dialéctico, que conceda tanta divinidad al cuerpo como al espíritu. "La información es un caos; el conocimiento es el orden espontáneo de ese caos; la libertad es navegar en la onda de esa espontaneidad", dice Bey, y el lugar para hacerlo son las T.A.Z., que buscan tener toda la ifnormación y todos los placeres corporales en una gran y compleja confusión de dulces datos y dulces citas (sweet data and sweet dates), hechos y festejos (facts and feasts), sabiduría y riqueza. Esta es nuestra economía -y nuestra guerra." "Si te besara lo llamarían un acto de terotçrismo. Entonces llevemos a la cama nuestras pistolas, despertemos a la ciudad a medianoche como bandidos ebrios celebrando con una balacera, el mensaje del sabor del caos". "Vístete. Da un nombre falso. Sé legendario. El mejor Terrorista Poético está en contra de la ley, pero nunca es atrapado. El arte como crimen; el crimen como arte". Y nosotros estamos seguros de que el futuro está preñado de una gran confrontación de ideas. ¿Quién sabe la verdad? La respuesta es otra pregunta: ¿qué es la verdad?

camas vacias

joaquin sabina Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos Cada vez son más tristes las canciones de amor Ni tú bordas pañuelos, ni yo rompo contratos Ni yo mato por celos, ni tú mueres por mí Antes de que me quieras como se quiere a un gato Me largo con cualquiera que se parezca a ti De par en par te abro las puertas que me cierras Me cuentan que el olvido no te sienta tan mal La paz que has elegido es peor que mi guerra Aquella cama nido parece un hospital Yo en cambio no he sabido ir a favor del viento Que muerde las esquinas de esta ciudad impía Pobre aprendiz de brujo que escupe al firmamento Desde un hotel de lujo, con dos camas vacías Pobre aprendiz de brujo que escupe al firmamento Desde un hotel de lujo, con dos camas vacías ¿Quién hará mi trabajo debajo de tu falda? La boca que era mía ¿de qué boca será El roto de tu ombligo ya no me da la espalda Cuando pierdo contigo lo que gano al billar Aunque nunca me cayo, guardo un par de secretos Lo digo de hombre a hombre, de mujer a mujer Ni me caso con nadie, ni guardo pa' mis nietos Por no tener, no tengo ni edad de merecer Como pago al contado, nunca me falta un beso Siempre que me confieso, me doy la absolución Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos Cada vez son más tristes las canciones de amor Ya no cierro los bares, ni hago tantos excesos Cada vez son más tristes las canciones de amor

Oscar Zeta El Búfalo Pardo.

Oscar no estaba metido en peleas callejeras serias, pero era un infierno sobre ruedas en una pelea de bar. Cualquier combinación de un mexicano de 250 libras y LSD-25 es una amenaza potencialmente terminal para cualquier cosa que pueda alcanzar, pero cuando el supuesto mexicano es de hecho un abogado chicano profundamente enojado sin miedo a nada que camine sobre menos de tres piernas y una convicción suicida de facto de que morirá a la edad de 33 años, al igual que Jesucristo- tiene un trabajo serio en sus manos. Especialmente si el bastardo ya tiene 33 años y medio con la cabeza llena de ácido de Sandoz, una Magnum .357 cargada en el cinturón, un guardaespaldas chicano con un hacha en el codo en todo momento y la desconcertante costumbre de vomitar proyectiles de géiseres de sangre pura. del porche delantero cada 30 o 40 minutos, o cuando su úlcera maligna no pueda soportar más tequila crudo. En 1974 Acosta desapareció en el transcurso de un viaje a Mexico. Su hijo, Marco Acosta, cree haber sido la última persona en hablar con su padre. En mayo de 1974, Acosta llamó a su hijo y le contó que estaba "a punto de subir en un barco lleno de nieve blanca". Marco diría más tarde en referencia a la desaparición de su padre: "Nunca se encontró el cuerpo, pero suponemos que probablemente, sabiendo la gente con la que él estaba involucrado, terminaría fanfarroneando, metiéndose en una pelea y haciendo que le mataran".

Torvo Escorpión.

Torvo Escorpión. Eusebio Ruvalcaba

Se una mesa a otra nadie se mira en una cantina se mira al suelo a la nada. Porque nadie se siente orgulloso de estar hay como si fuera un abanderado. O un hombre que recibiera un premio. Un hombre solitario mira hacia, abajo donde anidan los insectos ahí se puede encontrar con alguien con los mismos ojos que el: una cucaracha, una rata, un perro callejero. No se puede buscar la mirada de los hombres en una cantina. Porque es posible toparse con la mirada de un santo O de alguien deseoso de ajustar cuentas. Raro es mirarse encontrar la mirada de un soñador. De un hombre que vive esperanzado. De alguien que espera con ahinco el día de mañana. En una cantina. Nadie se siente orgullo de ser lo que es. Estoy pensando en el bebedor solitario. No del que se jacta a gritos sus grandes triunfos. Estoy pensado en el bebedor solitario que comparte su bebida con el fantasma que lo acompaña noche tras noche. Con la mujer que se imagina al lado. Esa que siempre ha amado y que ni en su imaginación ha sido suya. Justo el. El que se sienta en el mismo lugar. En el mismo rincón. Que esconde su mirada. Como si se avergonzara. COMO SI ESA MIRADA LA HUBIERA ROBADO ALGUIEN. Y temiera que se la fueran arrebatar. Estoy pensado en ese hombre. Con el que no dan ganas de sentarse a beber. Que todos prefieren ignorara o pasar de largo. Ese que nadie le gustaría ser. Aun que si ese nadie se mirara. En lo mas profundo. Se llevaría una sorpresa.

Robert Johnson

El otrora mediocre músico sin talento se había convertido, de la noche a la mañana, en un verdadero maestro de la ejecución guitarrística. En ese momento comenzó a tejerse la leyenda, alimentada en parte por el mismo Johnson. Se decía que el músico había vendido su alma al diablo en el cruce de la actual autopista 61 con la 49 en Clarksdale, Mississipi, a cambio de tocar blues mejor que nadie. Johnson habría esperado en la intersección de caminos hasta medianoche con su guitarra en la mano. Luego el maligno se le habría aparecido y, tras prometerle que dominaría la guitarra como nadie, a cambio de su alma, le explicó que solamente debía deslizar las manos sobre su instrumento para interpretar el mejor blues de la historia.