No hay noche no, no hay luna, no hay sol cuando estoy contigo, tiemblo de quererte tanto, tiemblo de sentirme vivo, tiemblo de saber que un día la espuma se la llevara el rio, y en el corazón del hombre se lleva al tiempo del olvido. No hay luz no hay jardín, no hay noche de otoño contigo ¡Quisiera que se acortara el tiempo cuando te miro! Contigo para perderme, para salvarme contigo, contigo , abril para siempre por los siglos de los siglos.
"Quería componer el mundo para después compartirlo contigo... te habrás dado cuenta de que fracasé."
Go” (1952), de John Clellon Holmes, es considerada la primera novela publicada que representa a la generación beat, narra las correrías de un puñado de individuos jóvenes cuya visión del mundo es inmune a la propaganda y cultura oficial de los Estados Unidos de post-guerra, dispuestos a vivir a su manera y hasta las últimas consecuencias conforme a sus sentimientos. Es una suerte de recuento histórico de los primeros años de amistad y hechos de los escritores, poetas y personajes que conformarían la denominada generación beat durante su estancia en la ciudad de Nueva York. Fue escrita con la agitación e intensidad propia de las obras beat, en la que personajes y escenas parecen como impulsados por resortes por lo que es considerada su primera exponente, aunque el movimiento alcanzó reconocimiento público con la novela On the road de Jack Kerouac.
El mismo Holmes participa de la historia bajo el nombre de Paul Hobbes, mientras que Kerouac lo hace con el nombre de Gen Pasternack, Allen Ginsberg como David Stofsky, Neal Cassady como Hart Kennedy, William S. Burroughs como Will Denninson, Herbert Huncke como Albert Ancke y Bill Cannastra como Bill Agatson.
Maria Elena Walsh.
Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, y sin embargo aquí estoy, resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal porque me mato tan mal, y seguí cantando. Cantando al sol como la cigarra después de un año bajo la tierra, igual que sobreviviente que vuelve a la guerra. Tantas veces me borraron, tantas desaparecí a mi propio entierro fui sola y llorando. Hice un nudo en el pañuelo pero me olvide después que no era ka única vez, y seguí cantando. Tantas veces te mataron tanta veces resucitaras, tantas noches pasaran desesperando. A la hora del naufragio y de la oscuridad alguien te rescatara para ir cantando.
el grito, la amenaza, el miedo a la noche,
al rayo, el destello de un puñal, cualquier
palabra filosa en la piel del hogar, el rostro
del padre busca en los golpes a sus hijos y su sangre,
que busca y encuentra el horror en sus manos,
horror del que también huía.
I
Amanece de nuevo,
se espera que el día acabe
desde el comienzo
II
Dormir para liberar el cuerpo,
en el sueño también hay desgaste
III
Medir el tiempo,
nunca entender que se acaba.