"- ¿Acaso el sentido del arte no es tanto lo que alguien crea si no lo que se interpreta?
- ¿Ése es el sentido del arte?
- Quizá. O quizá el arte no necesita tener sentido. Quizá por éso se llama arte..."
BoJack Horseman, Raphael Bob-Waksberg
Montevideo, Elena Quinteros, profesora militante uruguaya que fue “desaparecida” por la dictadura respaldada por los Estados Unidos. Fue detenida dos veces por el régimen, encarcelada y despedida de su trabajo, aunque no abandonó sus actividades. En 1976, tras otro arresto, logró escapar de los militares que la custodiaban trepando por un muro a la embajada venezolana y solicitando asilo diplomático. Los trabajadores de la embajada trataron de ayudarla, pero los soldados se la llevaron a rastras, rompiéndole la pierna en el transcurso. Fue conducida a un centro de torturas gubernamental y “desaparecida”. Su secuestro de la embajada causó un conflicto que llevó a Venezuela a cortar todo lazo diplomático con Uruguay.
"Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
De otro modo, no empieces siquiera.
Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
Tal vez suponga perder novias, esposas,
parientes, empleos y quizá la cabeza.
Ve hasta el final.
Tal vez suponga no comer durante 3 o 4 días.
Tal vez suponga helarte
en el banco de un parque.
Tal vez supongo la cárcel,
tal vez suponga mofas, desdén,
aislamiento.
El aislamiento es la ventaja,
todo lo demás es un modo
de poner a prueba tu resistencia,
tus auténticas ganas de hacerlo.
Y lo harás a pesar del rechazo
y las ínfimas probabilidades
y será mejor que cualquier otra cosa
que puedas imaginar.
Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
No hay sensación parecida.
Estarás a solas con los dioses
y las noches arderán en llamas.
Hazlo, hazlo, hazlo.
Hazlo.
Hasta el final.
Hasta el final.
Llevarás las riendas de la vida
hasta la risa perfecta,
es la única lucha digna que hay".
Lanza los dados, Charles Bukowski
Todas la noches son iguales. Esos rollos que no me aportan nada. Ya no se ni lo que busco. No quiero salir mas de la cama. No quiero hacer nada de nada. Mañana ira todo mejor?
El vino se parece al hombre: nunca se sabe hasta qué punto se le puede apreciar o despreciar, amar u odiar; ni cuantos actos sublimes o crímenes monstruosos es capaz de realizar. No seamos, entonces, más crueles con él que con nosotros mismos y tratémosle como a un igual"
asesinó al arquitecto del apartheid, el primer ministro sudafricano Hendrik Verwoerd, apuñalándolo durante una sesión parlamentaria. Tsafendas estaba en ese momento trabajando en el edificio del Parlamento.
A pesar de la valentía de su acto, los líderes antiapartheid y su propia familia se distanciaron de Tsafendas tras el asesinato. En su declaración a la policía fue claro sobre sus motivos y señaló que "creía que con la desaparición del primer ministro sudafricano se produciría un cambio de política... Estaba tan asqueado de la política racial que llevé a cabo mi plan de matar al primer ministro".
Sin embargo, las autoridades decidieron alegar que estaba enfermo mentalmente para no admitir que su seguridad había sido vulnerada. Además, Tsafendas, bajo tortura y enfrentándose a la pena de muerte, acabó accediendo a declararse demente. Así que posteriormente fue declarado no culpable de asesinato por motivos de locura, y enviado a un hospital psiquiátrico de seguridad. Sobrevivió para ver el final del régimen del apartheid, pero trágicamente el nuevo gobierno del Congreso Nacional Africano no ordenó su liberación. Murió bajo custodia en 1999.