Cristina Trivulzio di Belgiojoso, aristócrata italiana, escritora y periodista, que participó activamente en la lucha por la independencia italiana.
En su tiempo era una de las herederas más ricas, que se había casado con 16 años con el príncipe Emilio Barbiano di Belgioioso. Cristina se unió a las fuerzas revolucionarias que se oponían a la autoridad imperial. Exiliada en París, hizo de su casa un importante salón literario y punto de encuentro de revolucionarios italianos.
Cristina apoyó económicamente a las tropas italianas que se levantaron durante la revolución de 1848 contra los austriacos. Un año después, regresaba a Italia durante un breve periodo de tiempo, pues tuvo que volver a huir, esta vez a Malta y Constantinopla. Desde el exilio no dejó de escribir artículos en favor de luna República Italiana.
De vuela a Italia, en 1856, colaboró con Cavour en la unificación de su país, que se alcanzó en 1861.
a única forma de sentir el ruido es cuando es bueno y lujurioso. Tan buena que no puedo creerlo gritando con la multitud. no te preocupes, te lo devuelvo. exagerar
El anarquismo repudia las guerras entre Estados, ante todo porque repudia al Estado. Toda guerra de este tipo, en efecto, tiene por fin afirmar y expandir el poder de un estado en detrimento de otro. A partir de Bakunin la guerra se interpreta como una lucha por imponer los intereses de un sector de clase burguesa sobre otro. Puesto lo que importa es la defensa de los capitales y de las empresas vernáculas, que pelean los capitalistas y empresarios, arguye la propaganda de anarquismo bélico, dirigido sobre todo a obreros y campesinos.
“No fueron las brujas las que ardieron. Eran mujeres.
Mujeres que fueron vistas como:
Muy bonitas, muy cultas e inteligentes. Porque tenían agua en el pozo o una hermosa plantación (sí, de verdad)...
Mujeres que tenían una marca de nacimiento, mujeres que eran muy hábiles con la medicina herbal. O muy altas, muy pelirrojas.
Mujeres que tenían una fuerte conexión con la naturaleza, mujeres que bailaban, mujeres que cantaban o cualquier otra cosa mínima. Cualquier mujer corría el riesgo de ser quemada en el siglo XVII. Incluso fueron arrojadas al agua y si flotaban eran culpables y ejecutadas. Si se hundían y se ahogaban, eran inocentes. Las mujeres fueron arrojadas por los acantilados, fueron colocadas en agujeros profundos en el suelo.
¿Por qué escribo esto?
Porque conocer nuestra historia es importante cuando estamos construyendo un mundo nuevo. Cuando estamos haciendo el trabajo de sanación de nuestros linajes y como mujeres. Dar voz a las mujeres que fueron masacradas, darles reparación y una oportunidad de paz. No fueron las brujas las que ardieron. Eran mujeres
Odio, alguien se esta acercándose, viene del otro mundo. Nocturno rumor de lluvia. Alguien esta yéndose ahora mismos. Con seguridad van a cruzarse.
No me gusta que uses el encendedor que conservas de antes para prender el cigarro. No me gusta que hagas eso. Ahora que estas conmigo no parece bien que recurras al calor de la llama antigua para encender la sonrisa.