Los Narcosatánicos
"Los Narcosatánicos estuvieron involucrados en decenas de asesinatos y sacrificios humanos en la ciudad de Matamoros, ubicada en Tamaulipas, México, y su caso más famoso fue el del brutal crimen en contra de Mark Kilroy, un estudiante estadounidense víctima del culto en 1989.
“El Padrino” convenció a sus seguidores de que al tomar una poción hecha con partes humanas podrían ser invisibles e invencibles, razón por la cual este culto realizaba múltiples sacrificios humanos para obtener “poderes” sobrenaturales.
El fin de Los Narcosatánicos llegaría en mayo de 1989 en la Ciudad de México, luego de un enfrentamiento entre miembros del culto y las autoridades locales en un departamento de la colonia Cuauhtémoc.
Ante la llegada de la policía, algunos de los miembros de la organización criminal trataron de huir caminando, creyendo aún en la idea que les había inculcado su líder desde un inicio: ser invisibles al tomar caldo con partes humanas".