Lucía Sánchez Saornil (1895-1970), esa figura «menuda, cortante de palabra y gesto: aguda y viva, era la protesta eterna y palpitante contra todas las injusticias de la vida, contra los absurdos de las oficinas, contra la tortura de las fábricas, contra la asfixia moral de los códigos y normas al uso».
No hay una Lucía, sino varias. Al igual que sus variados oficios y actividades: poeta ultraísta y revolucionaria, telefonista de la Telefónica, periodista, sindicalista represaliada, oradora, pintora y retocadora fotográfica, organizadora del movimiento de Mujeres Libres y de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), miliciana en la guerra de España y en el exilio... Y lo hacía junto a otras muchas compañeras anarquistas, conscientes de que la educación y la libertad integral era una labor de las propias mujeres, asociadas.
Su apasionante vida queda condensada en esta minuciosa obra, la primera gran biografía ilustrada (con abundantes imágenes inéditas) que se publica de esta enérgica y tímida mujer, la desafiante Lucía Sánchez Saornil.Ignacio C. Soriano, historiador y gran conocedor de los movimientos anarquistas, en particular del español, lleva tres décadas rastreando la vida de esta insigne madrileña, que ahora publicamos.
Simone Weil (1909-1943) fue una de las pensadoras más notables del siglo xx, una filósofa que realmente vivió de acuerdo con sus ideales políticos y éticos. En su corta vida enmarcada por las dos guerras mundiales enseñó filosofía a estudiantes y trabajadores sindicales, se unió al movimiento de la Francia Libre en Londres y murió sin lograr llegar a su país para ayudar a la Resistencia. Robert Zaretsky nos ofrece aquí a una Weil diferente y nos revela nuevas facetas que iluminan sus contradicciones: «una anarquista que abrazó ideas conservadoras, una pacifista que luchó en la guerra civil española, una santa que rechazó ser bautizada, una mística que participó en los movimientos obreros, una judía francesa que fue enterrada en la zona católica de un cementerio inglés, una profesora que no creía en las respuestas». En definitiva, una autora rica y compleja cuyo pensamiento nos sigue resultando fascinante hoy en día.
La pensadora indómita que se enfrentó al nazismo Conocida como la santa patrona de todos los forasteros, Simone Weil (1909-43) fue una de las pensadoras más notables del siglo xx, una filósofa que realmente vivió de acuerdo con sus ideales políticos y éticos. En una corta vida enmarcada por las dos guerras mundiales, Weil enseñó filosofía a estudiantes y trabajadores sindicales organizados, luchó junto a los anarquistas durante la guerra civil española y trabajó junto a los trabajadores en las líneas de montaje, se unió al movimiento de la Francia Libre en Londres y murió sin lograr llegar a Francia para ayudar a la Resistencia. Aunque Weil publicó poco durante su vida, después de su muerte, gracias en gran parte a los esfuerzos de Albert Camus, se publicaron cientos de páginas de sus manuscritos con elogios de la crítica y el público.
Dirigente anarquista, activista obrera y feminista. Dedico su vida a la lucha obrera y a reivindicar infatigableme los derechos de las mujeres. Rompió las normas de género, desafiando y cuestionando el modelo de feminidad imperante. En 1892 promovió la primer sociedad feminista española:
Sociedad Autónoma de mujeres de Barcelona.
Posteriormente fundó el grupo anarquista de Sabadell. Participó en la huelga de las siete semanas de 1883 reivindicando la jornada laboral de ocho horas. La lucha de esta valiente mujer sentó las bases de un feminismo obrerista anarquista.
Vivió destierro, huidas y prisiones en las que fue brutalmente represaliada; lo que deja importantes secuelas que provocaron una parálisis progresiva que causó su muerte el 11 de abril de 1931.
Me cago en Dios
& en todos sus muertos
Me cago en la hostia
& en el coñito de la virgen
Me cago en los muertos
del Dios de Dios
En la soberbia de Federico Nietzche
en el cuerpo tembloroso de mi alma
& en las ortigas al aire del ateo
En la muerte prematura de los justos
en la fugacidad del coito & sus centellas
en el verbo animal
en la imaginación-rizoma
en los textos del saber tan destetado
En la raja de los mundos
yo me caigo
Concentrado en el incendio de mis poros
En este alcohol-maleza que me cimbra
en el ojo infinito de mis huellas
en el furor salvaje del desmadre
en la imposible muerte & sus ofrendas
en el barro de áspid que calienta
en las rocas de la amada
en la levitación de mi calaca
en el cojo corazón de lo innombrable
En el aleph acuoso de mis llagas
en la vítrea desazón de mi asesino
en la mano del placer
en la droga anidada en sus colmillos
En el ogro filantrópico & su esposa
en la tumba del azar tan manoseada
en el germen de la lírica / que es caca
En la boñiga aérea
en las lagañas topas
en el cráneo todo esplendor de Charleville
En las ratas que aún huyen del Mar Ebrio
en lo blando
en lo fofo
& en lo inerme
En el eructo de éter de los sapos
en las sangres hirvientes
en las sombras
en el rosa gargajo de las albas
en el vidrio insensato que he escogido como calle en las barrancas de Venus tumefacta
En el platón del festín
en las bacinicas de la tregua
en el hongo podrido & su tridente
En el genealógico tumor de la US Army
en el extenso linaje de la mierda
Abismo & resplandor / azar & viento
Vena abierta de cocxis a clavícula
Regazo de embriaguez
Llama de arpas embozadas
En las ingles sin axilas de Dios-inventamuertos
en el suave & múltiple rumor que hacen 2 lágrimas
en el mar : en sus desiertos :
& en mí mismo.
Quiero oler tu calzón sucio
quiero oler tu calzón sucio
tal y cual una mona