Mi lobo feroz
Haciendo memoria desde la niñez puedo recordar las infinidades de veces en que me decían cuídate de los extraños, no le recibas nada a nadie, el monstruo está afuera, extrañamente aunque es un instinto de supervivencia con el tiempo se convierte en un estilo de vida, afuera están los monstruos que te pueden comer.
¡Ay! que lástima que olvidaron enseñarme que a veces el monstruo era yo y que de ese debía cuidarme mucho más que de cualquiera que estuviera afuera, ¡sí ese monstruo que se autosabotea!, no, no me dijeron nada él, por lo tanto durante mucho tiempo era un desconocido para mi, un enemigo oculto que estuvo creciendo poco a poco hasta que encontró el día y la hora perfectos para salir y entonces hizo estragos y como nunca supe de él no pude enfrentarle como a los monstruos de afuera.
Humanos al fin y al cabo, siempre cuidandonos de lo que nos rodea y olvidando que la verdadera guerra se libra en nuestra cabeza, tristemente no siempre somos caperucita, a veces nos transformamos en el lobo feroz y cuando sale la luna perdemos el control.
Mi querido lobo, quien diría que terminaría siendo solo yo, viejo amigo había olvidado que de niños nos presentamos y jugamos saltando de emoción en emoción, perdona olvide que aunque das miedo solo querías que fuéramos amigos, que te abrazara de vez en cuando y te presentara ante todos como parte de mi.
Mi lobo feroz hagamos las paces, nunca quise olvidarme de ti, solo que mi enfoque se centro en poner muros a los lados pensando que el monstruo viene del exterior y por eso terminaste también atrapado conmigo en un cuarto oscuro y ni siquiera tuve en cuenta que sufrimos de claustrofobia.
Ay lobito mío estabas tan asustado como yo, no te preocupes aunque otros no entiendan, fue mi culpa encerrarte y no dejarte salir, por temor a decepcionar a otros olvide que yo también podía sentir.
Hagamos las paces, no fue tu culpa, tu solo querías salir y bueno te emocionaste un poco cuando baje la guardia y saliste abruptamente decepcionando a los que no sabían de ti, pero no te preocupes con el tiempo entenderán que aunque no somos perfectos tenemos mucho para dar, claro de vez en cuando nos vamos a equivocar, ¿pero quien dijo que jugar al lobo salí no debía asustar?.
Mi lobo feroz recuerda que no siempre debemos estar en control, quienes se queden tendrán que entender que tu y yo somos uno y no te puedo volver a esconder solo para pretender ser fuerte, eso no nos hace menos únicos mi lobito feroz, a veces te pintas de arcoiris y otras negro es tu color, pero en todas tus etapas seguimos siendo uno solo tu y yo, no tengo porque ser siempre la chica fuerte, así que que puedes salir, sal de ahí lobito emociones, sal de ahí que de ahora en adelante nos vamos a divertir.
Sharik Medina