Plenamente

René Char (Del ensayo de René Ménard “ La Experiencia Poética”) —Cuando nuestros huesos tocaron tierra, derrumbándose a través de nuestros rostros, mi amor, nada hubo terminado. Un amor nuevo vino en medio de un grito a reanimarnos y reanudarnos, y si el calor hubo callado, aquello que continuaba, opuesto a la vida moribunda, en el infinito se elaboraba. Lo que vimos flotar borda con borda con el dolor estaba allí como en un nido, y sus dos ojos nos unian en un naciente consentimiento. La muerte no había crecido pesar de las lanas chorreantes, la felicidad no había comenzado acecho de nuestras presencias; la hierba estaba desnuda y pisoteada. René Chard Eres mi amor después de tantos años, mi vértigo frente a tanta esperanza, que nada puede envejecer, enfriar, incluso lo que esperaba nuestra muerte, o lentamente supo combatirnos, incluso lo que nos es extraño, y mis eclipses y mis retornos. Cerrada como un postigo de boj, una extrema posibilidad compacta es nuestra cadena de montañas, nuestro comprimente esplendor. Digo posibilidad, oh mi desasosegada; cada uno de nosotros puede recibir la parte de misterio del otro sin divulgar el secreto; y el dolor que viene de otra parte 3 A une sérénité crispée: Una serenidad crispada. París, Gallimard (N. R. F.), 1951.

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