paliacate

El Paliacate una tradición que nos regaló Irán. El paliacate está presente desde los inicios de México como la representación y resistencia en la actualidad, hay una teoría sobre su nombre en primer lugar, hay quienes dicen que proviene del español «pal» (síncope o reducción de “para él”) y del náhuatl «yacatl» (nariz). ¿Y cómo llegó a México? Aunque muchos lo hemos olvidado, durante el virreinato México y Filipinas estuvieron bajo un mismo gobierno. Esto se tradujo en una ruta comercial con un intenso intercambio cultural. Gracias a ello México heredó objetos como la seda, cerámicas y el paliacate. A cambio nosotros les regalamos el zapote, los tamales y la Virgen de Guadalupe. Podemos encontrar está forma importante que parece una gota, pero no lo es, aunque generalmente es conocido como Cachemira en honor a esta región de Pakistán, su verdadero nombre es boteh y es de origen persa. Según los estudiosos, el boteh es una forma estilizada de representar el ciprés, un árbol que en la antigua religión zoroastriana era símbolo de vida y eternidad. Hasta hace poco el pañuelo era un aliado indispensable para limpiarse el sudor durante las jornadas de trabajo, un pañuelo para la nariz, un recuerdo de las novias y la elegancia de los caballeros. También ha sido símbolo de resistencia, un arma poderosa que tiene escrito en mayúsculas "Aún estamos aquí, y resistimos" un símbolo de patriotismo y hermandad, firmeza y carnalismo. El paliacate se lo gana uno, un elemento importante de cultura e historia no puede ser portado ante la ignorancia o por verse "chingón", portas la herencia de generaciones y generaciones de guerreros y valientes que dieron su vida por sus principios.

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