La superficie del sol.
Los toros son grandiosos como la superficie del sol, y aun que los matan para las rancias multitudes, es el toro quien atiza el fuego, aun que hay toros cobardes tanto toreros como hombres cobarde, generalmente el toro se mantiene puro y muere inmaculado sin ser tocado por símbolos y elites o falsos amores, y cuando lo sacan arrastrando nada ha muerto y el hedor al final es el mundo.