El líder tiene que ser brillante
El líder tiene que ser brillante, no de cerebro, que es lo menos que se necesita para ser líder.
Tiene que brillar por su riqueza o por su garrulería, esto es, por su elocuencia, o lo que vulgarmente se cree que es la elocuencia.
Para que el líder pueda ser admirado por la masa, necesita ser rico, o, cuando menos, charlatán; pero en todo caso tiene que ser una mediania intelectual.
La masa no quiere audaces del pensamiento; no quiere innovadores, no quiere verse violentada.
Brillo es lo que necesita, porque su espíritu es infantil y sencillo como el del niño, como el del elefante, como el del salvaje, como el de la mariposilla, como el del hombre primitivo.
Todo lo que brilla debe ser grande y debe tener poder...
El oropel del charlatán, las charreteras del General, los millones del capitalista, el prestigio que para ciertas gentes prestan la alta posición política o social en el mundo de la industria, del comercio y de la iglesia.
Todo líder, en todo tiempo y en todo lugar, dice que encarna las aspiraciones y la voluntad de la masa, y es, en efecto, la encarnación de la vulgaridad y la mediocridad de la masa.
Ricardo Flores Magón, 1910