Un
barco sin brújula en la inmensidad del océano, eso es el revolucionario
que no cuenta más que con su arma y su valor. El barco puede luchar
contra las olas, puede sostenerse contra los vientos; pero ¿cómo
orientarse para llegar al puerto si falta la brújula? Así, el
revolucionario puede sostenerse en rebeldía, puede sernbrar la muerte;
pero si le falta la idea directora de su acción, no será otra cosa que
un barco sin brújula. El revolucionario, entonces, no sabe para que
mata, como el hacha no sabe para qué derriba el árbol.