Harriet Tubman En El Tren De La Libertad
Cuando llegó a Pensilvania sintió una mezcla de alivio y emoción. Años
después, al recordar la experiencia, dijo: «Cuando supe que había
atravesado la frontera, miré mis manos para comprobar si seguía siendo
la misma persona. El sol con sus rayos dorados atravesaba los árboles y
caía sobre los campos y yo sentí que estaba en el Cielo»